Salimos del “Monasterio de San Martín de Castañeda” para cruzar la carretera e ir ascendiendo por el municipio hasta abandonarlo por un camino ancho que en poco más de un kilómetro nos hace llegar hasta el “Refugio de San Bernardo”, donde miraremos hacia abajo y comenzaremos un descenso vertiginoso y muy técnico por la “Senda de los Monjes”. Desde el final de esta senda hasta Ribadelago Viejo se discurre por un camino ancho de 1,5 kilómetros de longitud aproximadamente, preámbulo de “Lo Imposible”, el temible “Cañón del Tera”. Tras abandonar la campa donde parten varias rutas de senderismo sanabresas, poco a poco, se va percibiendo que el sendero se introduce en un lugar diferente, donde el predomino es la roca granítica, comenzando a subir, sin un gran desnivel, pero con un discurrir excesivamente técnico y que en gran parte de los 8 kilómetros que quedan de ascenso no es posible coger ritmo alguno de carrera, percibiendo que realmente estamos en “Lo Imposible”. Los cuatro primeros kilómetros hay que extremar la precaución, ya que se efectúan varios saltos del “Río Tera” entre rocas, y los patinazos son muy normales, sobre todo con la piedra mojada. Poco a poco se va cogiendo altura dejando detrás unas vistas espectaculares de Rivadelago Viejo, la senda nos irá alejando y acercando al curso del río, disfrutando de bonitas pozas y saltos de agua hasta llegar a la muy conocida “Cueva de San Martín”, lugar único donde la vista se recreará seguramente. Desde este punto el sendero sale del cañón para volver más tarde, donde ya no lo abandona hasta llegar al embalse de “Vega de Tera”, conocido como “Presa Rota”. En la última parte del cañón podemos divisar perfectamente los restos de la presa que reventó en su día y supuso la gran tragedia arrasando la localidad de Ribadelago Viejo y sepultando bajo sus aguas a gran parte de la población, lugar espectacular donde podremos dejar volar la imaginación para intentar más tarde reproducir los hechos y hacernos a la idea de la inmensidad de la tragedia que se produjo en ese lugar.
Superado por completo el “Cañón del Tera”, nos adentramos en un camino ascendente que nos llega al “Refugio de los Pescadores” donde tomaremos un camino ancho y sin apenas desnivel, para pasar muy cerca de la “Laguna de Lacillo” y el “Pico Moncalvo” (2.044m), continuando en dirección al embalse de “Vega de Conde”, sin llegar a pasar por el, situado este en la parte final del “Valle de Trevinca”, siendo este el primer embalse del “Río Tera”. Después de unos cuatro kilómetros rápidos, se abandona el camino para dirigirse a cruzar el cauce del “Río Tera”, donde una vez atravesado comenzaremos a ascender otra vez de manera continuada y progresiva por una largo camino de piedras, pedrerías y monte bajo, llegando a la altura máxima en la “Laguna de la Ventosa”. Una vez superada esta se vislumbrará la tan conocida “Laguna de Los Peces”, a la que llegaremos después de un rápido descenso por la zona conocida como “Revientaburros”. Una vez en el parquing de la “Laguna de los Peces” se discurre por un camino accesible para llegar hasta la misma presa de la laguna, donde comienza un largo, vertiginoso, espectacular y muy técnico descenso por el “Cañón del Forcadura”. Piedras graníticas, praderas encharcadas, agua, barro, escobas, un puente imposible construido con las mismas losas de roca del sendero y varios ríos de roca suelta que hacen de este descenso uno de los más técnicos conocidos, presentan seis kilómetros de auténtico calvario para el corredor.
Una vez llegados al Barrio alto de Vigo de Sanabria se discurre entre sus casas hasta abandonarlas por un fuerte repecho que nos comunica con un camino tradicional que une esta localidad con San Martín de Castañeda, por el cual transcurriremos en sentido ascendente hasta llegar a la meta situada en el Monasterio de San Martín de Castañeda.